De vivir con analgésicos a volver a correr

Me gustaría que conocieses la historia de Gemma, con 51 años y viviendo en Barcelona trabaja de comercial farmaceútica, viajando mucho, pasando horas sentada y otras muchas caminando de un centro a otro.

Hubo un momento en el que tuvo que operarse de la cadera debido a una rotura del labrum, lo cual la dejó dependiente de calmantes para el dolor debido a las características de su trabajo.

Tras la valoración vimos los puntos más importantes que podían estar provocando estas sensaciones tras la operación, por lo que el plan de acción se enfocó trabajar esos aspectos que le provocaban ese dolor constante.

Unas pocas sesiones especializadas bastaron para mejorar sus sensaciones, pocas semanas para no recurrir a los medicamentos a diario y pocos meses para que volviese a correr ( los mensajes de cada logro y como se sentía es algo que me sigue poniendo los pelos de punta ).

Gemma se comprometió consigo misma y el proceso, realiza las sesiones, comunicaba siempre como se sentía y diseñamos juntos cada paso del camino y ahora, está volviendo a hacer aquello que había dado por perdido.

Dolor de varios meses solucionado en pocas semanas

Ahora déjame hablarte de la historia de Dante, con 47 años y siendo monitor de Kitesurf en Alicante, con la gran carga física que tiene en su trabajo. 

Dante llevaba lidiando con un dolor lumbar de varios meses que le aparecía al levantarse y lo tenía que soportar durante todo el día, llegando a ser incluso incapacitante para su trabajo en algunas ocasiones 

En la valoración pudimos ver que compensaba muchos movimientos con una sobrecarga de la zona lumbar, lo que le provocaba este dolor mantenido durante el día.

Esta historia es uno de esos relatos cortos con final feliz.

Estuvimos trabjando juntos 4 semanas, trabajando el control motor y fortalecemiento muscular y tras este breve periodo, pudo volver con normalidad a su pasión y trabajo.

Como en la historia anterior, se comprometió con este proceso, haciendo las sesiones, cumpliendo con los objetivos y planificando juntos cada paso del camino y gracias a ello pudo recuperar su bienestar.

Vencer el miedo y volver a caminar 

Esta historia es de aquellas que te emocionan y son la llama para seguir ayudando a personas día a día.

Manu sufre de condromalacia rotuliana grado IV ( no tiene cartílago en las rodillas ), lo que le provoca un gran dolor debido al roce de los huesos al no haber nada que lo amortigüe.

Este dolor le llevó a tener miedo al movimiento y, para evitar el dolor, recurrió a una silla de reudas para moverse incluso por casa.

Con Manu, el criterio para progresar siempre ha sido su confianza y sensación de seguridad, trabajando en piscina y gimnasio y recuperando la funcionalidad poco a poco.

Unos meses más tarde dejó aparcada la silla, ya no la necesitaba en casa y fuera solo iba con una muleta

Este proceso no solo fue de mejorar físicamente, si no que logró vencer el miedo que tenía a moverse, superando el dolor que padecía y poco a poco, pero con pasos firmes, recuperar su calidad de vida de forma progresiva.

No es un un milagro ni un pasaje de la Biblia, es una muestra de lo que una persona puede conseguir cuando decide avanzar y se enfrenta cara a cara a su situación y decide tomar acción y trabajar en ella.